¿Es bueno que siente a mi bebé si aún no lo hace él solo? Hoy trataremos de aclarar algunas dudas sobre los problemas que puede ocasionar sentar a nuestros hijos antes de tiempo.
Es una situación muy común encontrarnos a peques a los que se ha sentado antes de tiempo. Muchas veces por el desconocimiento de que ese simple acto supone una barrera para su desarrollo en un momento tan vital como es su primer año.
Es cierto que a los 6 meses los sentamos en la trona para comenzar la alimentación complementaria, pero el resto del tiempo debe ser MOVIMIENTO LIBRE. Tenemos que dejar al peque llegar a cada posición por si mismo, normalmente la posición de sentado se alcanza a los 8-9 meses (pero es algo orientativo, cada peque tiene su ritmo).
Sentarlos antes de tiempo, en otras situaciones distintas al momento de comer no les otorga ningún beneficio, sino todo lo contrario.
¿Qué ocurre si los sentamos antes de tiempo?
Cada etapa del desarrollo tiene su proceso, su camino a seguir. Al sentar a nuestros peques antes de tiempo, nos estamos saltando varios de los pasos que deben experimentar ellos mismos. Esto puede tener consecuencias negativas como:
- Estamos forzando estructuras que no están desarrolladas: Su espalda, su columna y su musculatura aún no están preparadas.
- No querrán desplazarse: Para ellos es una posición muy cómoda, ven todo mejor que desde el suelo y si les ponemos los juguetes al alcance no querrán moverse, lo que es vital en estas etapas.
- Puede crearles frustración: Al no llegar ellos mismos a esa posición tampoco saben salir de ella.
- Puede dar lugar a un tipo de arrastres como el desplazamiento con «culete» o «a culetazos».
- Al estar ya sentados pueden pasar directamente a la bipedestación, saltándose etapas tan importantes como el gateo.
Por estas razones, si queremos que el desarrollo de nuestros peques ocurra de la mejor forma y alcancen cada etapa por ellos mismos, necesitan mucho movimiento libre, mucho tiempo en el suelo (Tummy time o tiempo boca abajo), necesitan explorar y experimentar. Si les dejamos que ellos mismos evolucionen de forma natural, sin prisas, sólo acompañándolos en el proceso, estaremos ayudándoles en su desarrollo consiguiendo beneficios tanto a corto como a largo plazo.
Como siempre digo a mis familias: «Tenemos que ser sus colaboradores, dándoles ese espacio seguro y acompañándolos en su proceso, no ser barreras en su desarrollo.»